
Naturaleza muerta con pescados
Algo casi alquímico.
Estamos ante un Gauguin buscando todavía un estilo propio. En esa época Paul era un exitoso agente de bolsa que ganaba una buena pasta. Pero la llamada del arte era demasiado potente y con el tiempo decidió dedicar más tiempo a pintar y aprender. Empezó a frecuentar a los impresionistas y a encontrar su voz lejos de la existencia burguesa.
Pero en 1878 era aún un Gordon Gekko (el horrible personaje de la genial Wall Street) con pincel, y cuando salía del curro hacía pinturas como esta, que como podemos ver bebe bastante de Courbet y mucho de Manet, además de toda la tradición de bodegones anterior.
Podría ser un interior, pero al fondo vemos un mar verde y las nubes en el cielo.
Gauguin pinta un jarrón y varios pescados que brillan de lo frescos que están. También unos mejillones que salen de ese aparejo de pesca hecho con una cesta y una tela roja. Por aquí y por ahí Gauguin destaca algún destello de brillo para construir ese esmalte, las escamas o las conchas.
El pintor aún está aprendiendo a dominar el arte de la pintura, algo fascinante para un historiador. Ver la evolución de un artista como este es algo casi alquímico.
Si deslizáis abajo en la bio de Gauguin veréis como el artista es como una mariposa, transformándose poco a poco de la formas más fantásticas.