PH-971
Paisajes primordiales.
«Me pinto solo a mí mismo, no a la naturaleza»
Clyfford Still
Una buena definición de la abstracción la que hace aquí Clyfford Still, representante del Expresionismo Abstracto californiano.
Porque cada ejemplo de EA tenía —lógicamente— sus particularidades: era ante todo un arte individual. Cierto es que hay cosas que unen a muchos de los artistas de este estilo, sobre todo el alcoholismo, el suicidio, un pene y el obsceno precio actual de sus obras, mercado pasto de paletos oligarcas rusos, árabes y chinos: gente de principios.
Pero cada expresionista abstracto es radicalmente diferente al anterior:
Morris Louis y su pintura por chorros, que dejaba derramar por el lienzo; Mark Rothko y sus espirituales campos de color con límites indefinidos, Robert Motherwell y sus sugerentes manchas negras; Lee Krasner y su desorden ordenado, su marido Jackson Pollock que con sus salpicaduras popularizó el dripping, Janet Sobel, la verdadera creadora del dripping; Barnett Newman, con sus composiciones verticales que optaban por el zip (banda) frente al drip (goteo), Hans Hofmann y su «Push and Pull»; o la hiper-mega cool Joan Mitchell (de la que hablaremos en unos días)…
Las particularidades de Clyfford Still eran que molía y preparaba sus propios pigmentos aplicándolos al lienzo con su espátula y su pincel; que este lienzo al final se convertía en una superficie gruesa y escabrosa, casi como una maqueta; y sus característicos campos de color separados por esa especie de bordes dentados que parecen sugerir una especie de paisajes primordiales.