Recogiendo fruta
Checos en la vendimia.
El checo Jakub Obrovský representa uno de los motivo a los que vuelve una y otra vez: la recogida de fruta por parte de los campesinos de su país. Además de los atletas que representó en muchas ocasiones (tanto en pintura como escultura), esta era una de sus temáticas de referencia.
Obrovský, hijo de granjeros, tenía estas temáticas rurales muy presentes en su obra, pero a principios del siglo XX, en la Academia de Bellas Artes de Praga se respiraban nuevos aires en el arte europeo, y un artista como él no podía ignorarlos, por lo que se hacen evidentes las influencias de las vanguardias en obras como esta.
Aquí el artista simplemente moderniza un poco el estilo: geometrización de las formas, facetado, rostros difusos, el desnudo de la figura femenina que nos mira sentada a la izquierda…
Estas cuatro figuras se ubican en la composición creando espacios y volúmenes en esta agradable escena de trabajo en el campo a la sombra de una parra. Dominan, por supuesto, los colores cálidos propios de la época estival.
Al fondo, se evocan formas arquitectónicas bañadas por la luz del sol. Un entorno idílico que Obrovský representa como un paraíso en la tierra.