Retrato de Alexander Sakharoff
Retrato del andrógino bailarín ruso.
Alexander Sakharoff fue un bailarín y coreógrafo ruso que innovaría muchísimo en la danza las primeras décadas del siglo XX.
Reconozco que soy bastante ignorante en el tema de la danza, pero si puedo ver en este cuadro que la figura de Sakharoff destaca por dos cosas: su indudable carisma y su apariencia andrógina. Ambas características se ven bien reflejadas en este retrato de Jawlensy, paisano del bailarín.
Al parecer Sakharoff destacaba por su escandaloso vestuario que incluía pelucas de metal plateado y dorado, sombreros de flores y frutos de cera y estrafalarios y coloridos trajes. En definitiva, un tipo que se adelantó unas cuantas décadas al glam rock.
Jawlensky era miembro de la Nueva Asociación de Artistas, germen de lo que sería el grupo Der Blaue Reiter, entre cuyas filas se contaba a Kandinsky o Klee, y ahí estaba además el señor Sacharoff, que había estudiado también pintura, así que un buen día decidió pintar al magnético artista y el magnetismo en el resultado salta a la vista.
El estilo de Jawlensky estaba basado en la mayor simplificación posible, y en sus retratos, el protagonismo de los ojos es esencial. Así en este lienzo Sacharoff nos mira directamente esbozando una enigmática sonrisa. Jawlensky opta también por la exageración en los colores fuertes en la línea de los Fauves y los componentes de Die Brücke.