Gato y pájaro
Klee retrata a su gato Fritzi
Simple, puro, inocente, infantil, surrealista…
Con apenas unos trazos, Paul Klee pinta a un gato con un pájaro en la cabeza, ambos deliciosamente esquemáticos. Yo diría que, conociendo a los felinos, el gato está a punto de comérselo.
Por supuesto, el color es siempre una preocupación para el pintor, y aquí está muy estudiado, aunque parezca espontáneo. Gracias al cromatismo de colores pastel y suaves transiciones tonales, la obra adquiere una fuerza dinámica y vibrante, además de repartir colores a modo de sentidos (verde para la ojos, orejas y bigotes; rosa en nariz y la boca), a modo de sinestesia.
Como siempre, Klee juega de forma expresionista entre lo figurativo y lo abstracto y retrata a Fritzi, uno de los muchos felinos que campaban a sus anchas en el estudio del artista.