Máscara de miedo
Miedo a la guerra que se avecina.
El alargado óvalo que define el contorno de esta Máscara del Miedo domina casi en su totalidad la superficie del lienzo, donde parece difuminarse debido al poco contraste de color entre los diferentes planos compositivos. Junto a otras pinturas de Klee, como El Colegial o Tachado de la lista —ambas de 1933 y estilo heterogéneo— su Máscara del Miedo es la primera que pone de manifiesto su angustia y el rechazo ante la amenaza de la II Guerra Mundial y la instauración del régimen nazi en la Alemania del momento.
La figura humana, como centro iconográfico de la obra, ya no es tratada desde un punto de vista imaginario e irónico, como venía desarrollando de forma itinerante desde mediados de los años veinte, sino desde la desolación ante el inminente conflicto bélico que asolaría Europa.
Una máscara monstruosa y enigmática de cuatro patas, que se ahoga en un fondo de pálido color verde agua. Su expresión, tan típica en sus obras posteriores, deja entrever lejanas trazas que aún emanan ironía y desdramatización, tras las que quizás se esconda una realidad tenebrosa e inestable que el artista conoce.