Romeo y Julieta
Los amantes más famosos se dan un beso.
Good night, good night! Parting is such sweet sorrow, that I sall said good night till it be morrow.
Buenas noches, buenas noches, la despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca.
Con un beso, los dos enamorados más famosos del mundo se despiden en el balcón del dormitorio de Julieta. El larguirucho Romeo cuelga, como flotando de amor. Al parecer —dicen— el amor puede hacerte flotar.
El amor… ¿Quién puede definir semejante concepto? Es tan difícil de explicar como qué es el arte. Quizás ambos, amor y arte, son casi lo mismo. A lo mejor sólo sirven para hacer eterno lo pasajero.
El amor es una nube hecha por el vapor de los suspiros,
como diría Shakerspeare, el autor de Romeo y Julieta, seguramente consciente de que se dicen y hacen las mayores tonterías por amor.
Que se lo digan a los artistas como John Duncan, ese pintor escocés enamorado, una especie de pre-rrafaelita que se inspiró tanto en Botticelli como en Shakerspeare para crear cuadros como este.
Duncan extrema el formato vertical en esta escena del balcón con el objetivo de mostrar las acrobacias que hacen para estar juntos los enamorados, esos meros juguetes de la fortuna.