San José carpintero
El máximo exponente del barroco tenebrista francés.
Georges de La Tour empezó pintando obras luminosas y coloridas, pero tras conocer el arte de Caravaggio empezó a pintar con un estilo tenebrista, aunque con una particularidad: la fuente de la luz viene de dentro de la propia composición del cuadro, por lo general a partir de velas. En las pinturas de Caravaggio, la luz provenía de un foco de origen impreciso.
Sus características figuras en penumbra están iluminadas solamente por este elemento, modelándolas abruptamente y dándole al conjunto un interesante juego de claroscuros.
Las sombras que proyectan los objetos a causa de la vela son magistralmente plasmadas, así como el fuego y humo de la misma y los rostros y ropas de los personajes.
Otra cosa en común con su querido Caravaggio es mostrar a los santos sin nimbos ni halos sobrenaturales.
En este cuadro vemos a dos personajes: San José, carpintero de profesión, y su “hijo” Jesús, que está aprendiendo el oficio. Y de alguna manera, la tabla que está serrando San José es como una prefiguración de la madera de la cruz en la que morirá Jesucristo.
Una de las cosas que causa mayor admiración en la gente que ve esta obra en el Louvre es la mano izquierda del chaval, donde la luz de la vela incide haciendo traslúcidos los dedos y filtrándose entre ellos.