Shibaraku
Normal que los impresionistas alucinaran con estas imágenes en el XIX.
El Shibaraku es una obra de teatro Kabuki japonés (una de las «Dieciocho grandes obras de teatro») en la que destaca sobre todo el maquillaje (kumadori).
Durante unos 50 minutos se cuenta la historia de Kamakura Gongorō Kagemasa, el personaje que tenéis en la imagen, que era tan valiente que continuó luchando después de perder un ojo en combate en la Guerra Gosannen (1083–1087).
En medio de la obra, llena de violencia, cuándo le van a cortar las cabezas a unos personajes, se oye un estremecedor grito: «Shibaraku!», (que puede traducirse como «Un momento!»). El héroe aparece con estas pintas y explica su historia.
El maquillaje blanco con líneas rojas representa los sentimientos de un hombre que está invadido por una furia creciente. Y eso se ve en su rostro.
El artista Toyohara Kunichika estaba loco por el teatro kabuki y por ello basó buena parte de su producción artística en esta temática: actores kabuki y escenas de obras populares de la época. Su uso del color fue criticado por usar rojos fuertes y morados oscuros, pero como sabemos, esto influyó de manera notable en el arte moderno a mediados del siglo XIX.
Sabemos que Kunichika tenía dos grandes problemas: era alcohólico y mujeriego, y por ello sus matrimonios no duraron. Sin embargo todas las crónicas lo retratan con una personalidad abierta, amigable y sincera. Se habla también de mal estado en su apariencia, constantemente endeudado, y se cuenta a menudo tomaba prestado dinero de los actores kabuki que él describía con tanta admiración.
Un contemporáneo dijo de él: «El diseño de la impresión, el teatro y la bebida eran su vida, y para él eso era suficiente».