“Sin título”
(Retrato de Ross en L.A.)
Dulces cambios.
Esta deliciosa obra consiste en 79 kilos de caramelos, los cuales se pueden encontrar apilados en una esquina o esparcidos por el suelo dependiendo de la galería donde se exhiba y la interacción el público tenga, en algunos casos se ha llegado a presentar como una alfombra. Una de las interpretaciones que se tiene sobre ese peso tan exacto, es que es muy posible que corresponda al peso de un hombre, quizás Ross Laycock, la pareja sentimental del artista que falleció por complicaciones del SIDA en 1991, cinco años antes que González-Torres. Una interpretación amarga que se puede obtener sobre esta obra es que a medida que los visitantes toman caramelos actúan como una enfermedad, la cual va quitando partes de una persona, hasta que no queda nada.
Esta obra es la primera de una serie de obras caramelo del artista Félix González-Torres, consistiendo en esculturas hecha de caramelos envueltos individualmente en celofán de varios colores.
Estas obras caramelo permite que el público pueda tener todas las interpretaciones que quieran. González-Torres busca que el público participe con su obra, invitándoles –o tentándoles- a poder tocar o incluso comer los caramelos que están expuestos. Presentando una obra que es la ejemplificación perfecta de «consumir arte».
González-Torres los describió como una forma de aprender a dejarse llevar, un rechazo a hacer una forma estática, o una escultura monolítica, a favor de una forma que desaparece, cambiante, inestable y frágil.
De hecho, los derrames de caramelo implican que el cambio es el medio para nuestra existencia continuada; que la vida misma está en un estado permanente de flujo. El tiempo lineal se colapsa, ya que el pasado, el presente y el futuro coexisten en estas obras, que tienen la posibilidad de reponerse continua o simplemente desaparecer.