Sin título

Puede parecer una gilipollez colocar una valla gigantesca con la imagen de una cama sin hacer, como esa que ves todos los días en tu casa pero… justo ahí es donde reside la genialidad de la obra de González-Torres. Como es habitual en su trabajo, el artista recurre a objetos cotidianos para contarnos cosas. Cosas muy fuertes. ¿Sabías que hasta 2003, vamos, anteayer, en Estados Unidos, el país de las libertades, bla, bla, bla, no fue legal la actividad sexual consentida entre personas del mismo sexo en todo el territorio nacional?

Pues en este ambiente —aunque la obra fue creada en 1991, aparece en 1992 con motivo de la exhibición Projects 34: Félix González Torres en el Museo de Arte Moderno de Nueva York— el cubano planta, en diferentes lugares de la ciudad, 24 megafotos de la cama, aun caliente, en la que han estado él y su amante, Ross Laycock, muerto un año antes a causa del SIDA. Como ves, no es una cama cualquiera. Ni siquiera es una cama primorosamente pintada a lo Delacroix ni un totum revolutum a lo Tracey Emin.

Es poesía en imágenes.

En esta obra, el artista hace algo que adoraba: llevar la teoría a la práctica. Lo personal es político y debe ser hecho visible. Esta idea es la base del slogan de los 70 “Out of the closets, into the streets!” (¡Fuera del armario, a la calle!) y González-Torres expuso su intimidad para que fuera hecha pedazos por unos y tomada como bandera por otros. Sea como sea, no deja indiferente.