Sobrevolando la ciudad
El vuelo como metáfora del amor: El cielo pertenece a los enamorados.
Movsha Jatskélevich Shagalov, o como lo conocemos, Marc Chagall, pintó obras llenas de humor y fantasía que remiten al pasado, a su infancia, al subconsciente, a emociones, a sueños…
Un poeta visual que se adelantó al surrealismo con cuadros como este y que convirtió a su esposa Bella Rosenfeld en co- protagonista de muchos de sus cuadros.
Su silencio es mío, sus ojos son míos. Es como si ella supiera todo de mi niñez, mi presente, mi futuro, como si pudiera ver a través de mí; como si ella me estuviera observando todo este tiempo, en algún lugar a lado de mí. La primera vez que la vi supe que era ella, mi esposa. Su pálido color, sus ojos. ¡Qué grandes y redondos y negros son! Son mis ojos, mi alma.
Loco de amor, el artista se pinta a menudo volando, como aquí, donde lleva de tour a su Bella sobrevolando la ciudad de Vitebsk formada por esas sencillas casas.
El cielo pertenece a los enamorados, que flotan juntos escapando de los convencionalismos y la presión social.
Una metáfora de lo más poética.