Interior con flores
Flotando en el Azul.
How sweet to be a cloud
Floating in the blue.A. A. Milne
Esta azulada naturaleza muerta de Chagall nos recuerda que este color no es tan frío ni tan triste como tiene fama de ser.
El azul es un color tranquilizante, un color que da confianza. Parece como si en él no hubiera peligro. El azul es un color simple y profundo a la vez. Espiritual, pacífico… Eterno. Da la impresión de que pase lo que pase, siempre va a estar ahí.
El azul sugiere cielo y mar, como decía Yves Klein, eternamente enamorado de este color. Para Klein «el azul es lo invisible haciéndose visible». De sobra es conocido también el periodo azul de Picasso, cuando un artista post-adolescente pasaba algo de hambre y soñaba con que algo bello había en la tristeza. Giotto lo elevó a la máxima potencia con sus fondos de lapislázuli ultramar. Nunca los cielos fueron tan intensos.
Chagall usó este color muchísimo pueblos azules, paisajes azules, caras, azules amantes azules… Pájaros, circos, violinistas, vacas azules… Y a veces, tranquilos interiores azules donde entra por una ventana la luz del día para reflejarse en unas flores, llenándolo todo de paz y tranquilidad, de eternidad.
Chagall utilizó muchísimo el azul, pero para él, el único color que existe es el color del amor.