Sonja

Sonja, prototipo de neue Frau, la mujer moderna de los felices y convulsos años 20 alemanes. Una mujer independiente, elegante, sofisticada, andrógina, hedonista, pero también concienciada con los problemas políticos y sociales de su pueblo. Una mujer trabajadora —Sonja era secretaria— que vivía su tiempo libre como quería.

Aquí la vemos retratada con las piernas cruzadas en uno de los miles de clubes nocturnos que proliferaban en ese fascinante Berlín de entreguerras, con una botella de champán enfriando y un paquete de camel sobre la mesa. Sonja nos mira intimidándonos con su atractivo y su carismática fuerza.

Por esa calva que vemos detrás casi podemos casi asegurar que está el poeta Max-Herrmann Neisse, retratado por otro compañero de la Nueva Objetividad como es George Grosz. El de la chaqueta roja es probablemente el periodista y naturalista Felix Bryk que fue el que presentó al artista y la modelo. En estos tugurios en este caso el Romanischen Café se juntaba la flor y nata de la cultura berlinesa de la época.

Christian Schad fue el retratista perfecto de la República de Weimar, con sus cafés, sus cabarets… Retratos de sus gentes. Amigos y colegas quedarían plasmados en el lienzo con todo lujo de detalles en su concepto más nuevo y objetivo.