
Tres viticultores españoles
Se le nota un poco que le gustaba Velázquez.
Se le nota un poco a Ivar Kamke que le gustaba bastante la pintura de Velázquez, sobre todo en obras costumbristas como esta, que beben directamente del genio barroco español. Y es que Kamke se pasó horas y horas de su juventud en El Prado estudiando al maestro.
No son sutiles las similitudes entre estos Tres viticultores españoles con cuadros del artista sevillano, en concreto Los borrachos. Es más que evidente el homenaje: desde los sombreros hasta las amplias sonrisas, pasando —como no— por esas jetas coloradas fruto del zumo de las parras. Son estos tres gente de a pie, tipos que podemos encontrar en cualquier taberna, que es lo que le gustaba al naturalismo barroco y dos siglos después al impresionismo costumbrista sueco, cuyos integrantes idolatraban a Velázquez.

Los Borrachos (1629)
Diego Velázquez.
Óleo sobre tela.
165 x 225 cm.
Museo del Prado, Madrid.
Y como a su predecesor, a Ivar Kamke también le gustaba integrar la naturaleza muerta dentro del retrato de grupo, y como en Los borrachos, Kamke consigue un acabado perfecto en texturas como la madera, la cesta de la garrafa y sobre todo el vidrio. Eso sí, soltando a tope la pincelada (algo que también hacía Velazquez, por cierto).
En definitiva, todo un tributo al maestro que se ve hasta en el título de la obra.