Tres mujeres
La otra gran obra cubista del MoMA.
Tres mujeres (y un gato) pintadas de forma geométrica y dislocada, como lo haría un buen cubista. Estas mujeres robot (quizás con sentimientos) se toman aquí un té en un apartamento art-decó y nos miran a nosotros, extraños humanos.
Los volúmenes redondeados son una evolución del pre-cubista Cézanne, pintor que cambió la vida al joven Léger. A partir de esta epifanía, el artista empezaría a pintar sus temáticas mecanizadas y la vida moderna a partir de cilíndros, conos y esferas, construídas con colores primarios, y todo presentado en composiciones muy armónicas.
En el MoMA, este cuadro no anda lejos de “Las señoritas de Avignon” de Picasso. Nótense las similitudes y las diferencias entre el cubismo de los dos pintores.