Un artista: Daumier
Daumier titula a su autorretrato como «Un artista».
¿Qué es un artista…? Igual que es difícil una definición para el arte, más lo es la definición de artista.
Partamos de la base de que en principio un artista es un creador. En ese sentido la naturaleza también crea, pero no es consciente (¿o quizás sí…?). Por el contrario un artista, consciente o inconscientemente, convierte ideas, por abstractas que estas sean, en imágenes, en sonidos, en sensaciones.
Un artista es un autor (del latín auctor), es decir, que da valor a algo, que lo mejora: un inventor, un fundador. Un artista suele copiar lo que ve, y lo adapta. Un artista, en principio, debe saber —o al menos intuir— lo que hace.
Un artista es un experto en lenguaje visual, además de un “artista” en lo suyo, es decir, hábil con sus herramientas, además de un experimentador de nuevos lenguajes, el encargado de hacer avanzar la estética de su tiempo para legársela a los futuros artistas, que se lo reconocerán o no. Dejemos de lado si eso es importante.
Desde luego un artista debe ser un alumno que supere a su profesor. O a sus coetáneos (recordemos la productiva rivalidad entre Benini vs. Borromini). O a su sociedad.
Porque un artista es también sinónimo de libertad e individualismo (aunque pertenezca en muchos casos a comunidades o colectivos, quizás para vender mejor su producto). Debe ser un fustigador de la represión de la sociedad en la que vive, debe tocar sus límites. Un cirujano, un observador, un delincuente si es necesario. Debe abrir camino aunque duela.
¿Es un artista un loco que libera su represión por medio del arte… (surrealistas)? ¿Es una divinidad, que habla con Dios, o por medio de él… (Miguel Ángel)? Es un tipo con talento innato como se vendió a Picasso, o quizás lo fue adquiriendo poco a poco?
Un artista es un egocéntrico, claro, porque siempre habla de sí mismo aunque hable de otra cosa. Quiere el aplauso, evidentemente, quizás por déficit de cariño o atención. Quiere ser una leyenda, a veces creándose su propio personaje (los ejemplos son infinitos: Dalí, Pollock, Basquiat, Kahlo…).
Desde luego el de artista es un trabajo que no siempre gozó de prestigio social. Que cada uno reflexione sobre si actualmente lo tiene. Al menos si triunfa uno pobre, nos alegramos, porque tiene mérito que pudiera salir del arroyo con sus propias manos.
Un artista, sin duda, fue Daumier. Miradlo ahí, vibrante en la penumbra, observando su propia obra, que a lo mejor es él mismo.