Honoré Daumier
Francia, 1808–1879
Caricaturista, pintor, escultor, dibujante… Honoré Daumier fue uno de los artistas más importantes y más populares del realismo francés.
Un realismo tan rebuscado, que incluso muestra mucho más que la realidad. Su mordacidad y sarcasmo, los múltiples matices de su obra, el retrato exagerado, su asombroso ojo para la crítica… Es por ello que su arte es inevitablemente social y de actualidad.
Nacido en Marsella, Honoré Daumier se formó como dibujante según los principios de David y copiando obras maestras del Louvre, entre lo que le impactaron especialmente Rubens y Goya. También desarrolló una simpatía por la clases obrera y los distintos movimientos obreros que estaban naciendo.
Siempre prefirió el dibujo y colaboró con su obra en diferentes revistas de actualidad política como La Caricature y Le Charivari. Desde ahí metió caña a los diferentes políticos de la época, denunció la corrupción de jueces y diputados, se rió de las escenas ridículas de la burguesía parisina y participó de luchas como la de la emancipación de las mujeres en 1848. Nadie escapó de la virulencia de su pluma. Precisamente por una caricatura del rey Luis Felipe Daumier fue a parar a prisión.
Pero además de por caricaturista, Daumier destacó también por algunas pinturas de pequeño formato con la misma voluntad de denuncia. Sus cuadros parecen inacabados, con gran fuerza en el trazo, y sorprendente expresividad que podemos ver como precedentes de algunas corrientes expresionistas.