Vaca lamiendo
Rara vez incluyó O'Keeffe a personas o animales en su trabajo.
¿Una vaca lechera…? Un tema bastante inusual para O’Keeffe, que prefería pintar flores o huesos. Sin embargo, la pintora se crió en una granja de leche en Wisconsin, veía numeroso ganado cuando dio clases de arte en Amarillo, Texas, y sobre todo cuando veraneaba en Lake George, Nueva York, donde no sólo hay rascacielos. De hecho en el estado de Nueva York hay muchísimas vacas…
Además esta no es una vaca cualquiera. O’Keeffe lo deja claro encuadrándola en un primer plano que ocupa toda la composición triangular. La vaca está intentando lamer esas uvas que apenas se ven. A la artista no le interesan. Le interesa más bien ese extraño ojo bovino. Redondísimo. De hecho, no hay una línea recta en toda la pintura.
Por lo general, a esta artista adelantada a su tiempo no le interesaba pintar seres vivos, más bien pintaba lo que había dentro de ellos, sobre todo los huesos. Hay numerosos ejemplos de cráneos de vaca y toro en paisajes desérticos en su trabajo. Sin embargo aquí decidió pintar a este ser de lo más vivo, y lo hizo con un gran colorido. El color es una de las grandes cosas en el mundo que hace que valga la pena vivir la vida,
dijo O’Keeffe en una ocasión.