Virgen con niño
Más de 500 años tiene esta modernísima obra.
A mediados del siglo XV, el miniaturista medieval Jean Fouquet vuelve de su estancia en Italia completamente cambiado. Había descubierto un arte nuevo, revolucionario, futurista… Era el llamado Renacimiento. Eso unido a las no menos revolucionarias innovaciones técnicas que se estaban haciendo en Flandes se tradujeron en pinturas tan sorprendentes como esta.
Fouquet pintó un díptico para la colegiata de Melun (que después sería dividido y vendido durante la Revolución francesa) cuyo panel derecho es el que tenéis en vuestras pantallas, y si… parece un sueño, o una alucinación, o ciencia ficción. Una obra que parece creada ayer. Pero fue pintada hace más de 500 años.
En esta sorprendente pintura vemos a la Virgen, pálida como la luna, con una teta perfectamente esférica al aire. El niño está rollizo y tiene una complicada pose en escorzo. Con su dedo nos señala algo. Nueve ángeles rojos (serafines) y azules (querubines) rodean la escena, cada uno en actitudes distintas.
Es el cuadro religioso más innovador de la época. Esos colores vivos, esa iluminación, esas texturas… Esa delirante composición que parece sacada de un viaje de ácido. Y todo plasmado con una técnica perfecta. Si algo tenía Fouquet era pericia técnica a raudales, después de todo era experto no sólo en pintura, sino en miniaturas, vidrieras e incluso tapicería.