Francisco Asorey
España, 1889–1961
Francisco Asorey fue un escultor gallego español, considerado por muchos el mayor innovador de la escultura española de principios del siglo XX.
Nacido en Cambados (Pontevedra), ya de niño parecía que se le daba muy bien tallar la madera. Se fue a estudiar a Barcelona y Euskadi, donde dio clases de dibujo e inició un taller escultórico en los primeros años del siglo.
Se fue después a Madrid, donde conoció el arte de Rodin y empezó a recibir encargos de relevancia, pero entre que no le gustaba el ambiente artístico de la capital española y le debió entrar la morriña, se trasladó a la capital gallega, Santiago de Compostela en 1918 y ahí desarrolló el grueso de su producción escultórica además de ganarse la vida como escultor anatómico de la facultad de medicina.
Entre el pintoresquismo gallego del XIX y la renovación del lenguaje del XIX, Asorey fue un escultor absolutamente gallego tanto por su preocupación por lo popular (rozando lo primitivo) en forma y fondo, su interés por la tradición. Fue miembro de la llamada «escuela gallega» (por la Exposición de 1917) con variados ejemplos de «arte racial» y una inédita cohesión espiritual e identidad ideológica entre sus miembros, expresada de formas muy diferentes.
Siempre con Rodin en mente, Asorey evolucionó al ritmo de las nuevas tendencias: el expresionismo alemán, aderezado con la estética medieval compostelana, le sirvió para reflejar temas costumbristas y explícitamente gallegos, pero universales.
Enfermo de silicosis, Francisco Asorey falleció en Santiago. Abundan en Galicia monumentos esculpidos por él en las calles de ciudades y pueblos.