Miquel Barceló
España, 1957
Miquel Barceló Artigues (Felanich, Baleares, 8 de enero de 1957) es un artista español, próximo al neoexpresionismo aunque practicante de muchas otras más, y destaca sobre todo por su trabajo como pintor y escultor.
El temprano interés nace en la juventud del autor balear gracias a su madre, pintora en la tradición del paisaje mallorquín; aunque su primera revelación deriva de su viaje a París en 1974, aquí Barceló descubre el Art Brut de Jean Dubuffet, estilo que deja una fuerte influencia en gran parte de su producción. Paulatinamente fue explorando los cuadros de Lucio Fontana, Mark Rothko, Jackson Pollock y Willem de Kooning, entre otros destacados artistas, que tanto lo marcarían.
Estudió en la Escuela de Artes Decorativas de Palma de Mallorca entre 1972 y 1973 y continuó en 1974 en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona. Posteriormente en 1976 participa en los happenings y las acciones de protesta del grupo Taller Llunàtic, con ellos realizaría su primera exposición en Barcelona en 1977. Tras todas estas aventuras nace en el autor (de manera incipiente) la curiosidad de experimentación técnica y material. Experimentaría con densas capas de pigmento sobre lienzos que posteriormente eran sometidos a las inclemencias de la intemperie, para provocar en ellos reacciones espontáneas (oxidación, cuarteamientos, etc.). La verdad es que nunca abandonaría la experimentación con materiales orgánicos y con las formas orgánicas naturales.
Entre las características de su obra hay que destacar la inspiración en la naturaleza, de sus formas y sus relieves, simulados mediante el uso de empastes densos, voluminosos y generalmente oscuros. La franja mediterránea (sobre todo la marítima) y el continente africano son también dos referentes importantes dentro de su universo. Le es de especial interés la exploración de la naturaleza, el paso del tiempo y la tradición de estos lugares.
En estos últimos años, Miquel evoluciona hacia referentes más abstractos cargados de un mayor simbolismo y una mayor plasticidad. En marzo de 2007 la catedral de Mallorca inauguraba su capilla al Santísimo, y en ese mismo año empezaban ya los trabajos de decoración en la Cúpula de la sala XX del Palacio de Naciones Unidas en Ginebra, según la crítica: su obra cumbre.
El resumen es que la pintura barroca, el Art Brut, el expresionismo abstracto norteamericano, el arte povera italiano, y las obras de Joan Miró y Antoni Tàpies se establecen como las grandes piedras angulares en la síntesis neoexpresionista que absorbe Barceló en su producción artística.