Aliento latino
El pueblo grita.
Un grito, un aullido o un clamor se funden en una figura sin rostro de perfil vehemente y violento.
Quien grita no es un hombre ni una mujer, es un pueblo. Un pueblo clamoroso y urgido, que desde su origen ancestral reclama por su identidad, por el valor de su origen y la defensa de sus raíces.
Un figura poderosa que nos refleja con rotundidad el desarraigo y la desolación de los pueblos migrantes, del campesino sin tierra, de la injusticia sin tiempo.
La violencia de Colombia, de víctimas incontables y perpetuada a causa de vergonzosos intereses ya no distingue a sus muertos. Aliento latino es un lamento anónimo pero gigante que enlaza con el drama del sujeto contemporáneo, un sujeto que ya no sabe distinguir su tragedia de la de los demás porque ésta es una sola, un lamento que se suma y hace un solo quejido, una sola voz.
José del C. Hernández fue un artista de su tiempo, comprometido con la realidad de la sociedad en la que le tocó vivir. Aliento latino es una reflexión sobre un pueblo valeroso pero atrapado en un drama secular y vicioso. El artista plasma con una impactante expresividad y acierto el desgarro vital de una sociedad enferma. El uso de tonos neutrales, de un trazo largo y suelto aumentan el dramatismo y la expresividad de la forma antropomorfa pero anonima, alegoría de la realidad nacional y del compromiso del artista con la misma.
Testigo y testimonio, arte y vida, Aliento latino parte de la necesidad del pintor de representar con la profundidad del arte la realidad de una nación en conflicto. La figura andrógina en primer plano, desde su abstracción adquiere el simbolismo de un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial.
Un retrato perturbador pero sublime y poético, que atrae al espectador hacia una cierta conciencia, porque ignorar un conflicto es caer en el peligro de romper el contacto con la realidad y conducir a la negación que permite la continuidad de la inmoralidad.
Aliento Latino es una de esas obras que constatan al arte como el fundamento y enlace entre la ética y la estética, que sirven de reflexión sobre la esencia del ser humano con una vigencia crítica en la sociedad contemporánea.