Tetis sumergiendo a Aquiles en el Estigia
El talón de Aquiles de Aquiles era su talón.
¿Quién no ha oído alguna vez hablar de Aquiles? Posiblemente, uno de los personajes más famosos de la mitología griega.
Aquiles fue fruto de la relación entre Tetis, divinidad marina, y Peleo, rey de Ftía.
Cuando tan sólo era un bebé, su madre fue a consultar al oráculo, para saber lo que depararía el destino. El oráculo anunció que si Aquiles luchaba en la futura guerra de Troya moriría.
Al oír Tetis estas palabras, cogió a su hijo y descendieron al mundo de los muertos, el Hades, para bañarlo en las aguas de su río y así hacerlo inmortal. El problema fue que Tetis, para no ahogar a Aquiles, lo cogió del talón, única zona de su cuerpo que las aguas no tocaron. De aquí viene la famosa expresión del talón de Aquiles.
En esta obra de Rubens (la primera serie de un encargo que recibió para plasmar La historia de Aquiles, el artista recrea ese momento, donde vemos a Tetis inclinada hacia delante y sujetando a un Aquiles con medio cuerpo sumergido en el río.
Al lado de la diosa, se encuentra una anciana que sujeta una antorcha, alumbrando en la gran oscuridad del Inframundo. No se trata de una anciana cualquiera, es Láquesis, una de las Tres Parcas (hermanas que vivían en el Hades y tejían el destino de los hombres desde el nacimiento hasta su muerte).
A los laterales, con formas de columnas están los reyes del Inframundo: Hades y Perséfone.
A los pies de la obra, Cerbero, el can guardián de 3 cabezas, una de ellas duerme, la otra vigila y la restante ladra.
Por último, en el fondo el barquero Caronte transporta a los muertos en su barca, que cruza perpetuamente de una orilla a la otra.