
Autorretrato con gafas
Años de plomo.
El gran bodegonista Jean-Siméon Chardin también pintaba de maravilla retratos, y además hizo unos muy buenos autorretratos a pastel sobre papel, como esta maravilla que pintó cuando tenía unos setenta años aproximadamente. Lo cierto es que el artista no había tocado mucho este género.
En esa época en la que ya estaba de vuelta de todo, Chardin se vio obligado a abandonar el óleo, y no porque no le gustara… El óleo de color tenía plomo y eso era muy tóxico. Numerosos artistas sufrieron todo tipo de calamidades a causa del blanco de plomo, desde Goya y su sordera a Van Gogh y su bipolaridad.
En el caso de Chardin, el plomo le jodió la vista. Y claro, la vista es una herramienta bastante importante para un pintor… Pero estamos hablando del artista más popular y querido de esa Francia pre-revolución, así que Chardin se puso unas gafas de culo de vaso y presentó en el Salón de París este autorretrato a pastel (y después otros dos muy similares), metiéndose de nuevo a todos los franceses en el bolsillo.
Chardin no se pinta con sus mejores galas. No solo por esas protésicas gafas, sino por su bata de andar por casa, un fular rosa y un turbante blanco y azul. Al parecer esa era su ropa de trabajo, y así se pinta a sí mismo: trabajando.