Autorretrato
Una premonición.
En 1936 el pintor Alfonso Ponce de León —que fue amigo de gente como Dalí, Lorca, Varo, Buñuel o Mallo— realiza este extraño autorretrato en el que sufre un accidente de coche fatal. Ponce de León aparece espatarrado diagonalmente e iluminado por los propios faros del vehículo, aunque la luz no parece proceder exactamente de ahí, creándose sombras fantasmagóricas de todo tipo. La sensación de extrañeza se multiplica por esa vegetación de robles, helechos y zarzas tan del estilo Rousseau y por un cartel partido por la mitad que tiene inscrito «Se prohibe…».
Tras destrozar una valla con alambre de pinchos, una piedra le ha abierto la cabeza al autor y así parece señalárnoslo con el dedo índice hacia su frente ensangrentada. Y a pesar de que tiene el rostro bastante impasible, el joven parece estar muerto (un autorretrato muerto… interesante). Lo curioso es que ese mismo año, pocos meses después, Alfonso Ponce de León, de 30 años de edad, fallecería de forma trágica y violenta. En septiembre es detenido en la puerta de su casa y trasladado a una checa (irónicamente, la de Bellas Artes). Alfonso era miembro de Falange Española (de hecho se encargó de hacer algún cartel para ellos, aunque también para La Barraca de Lorca) y por ello los republicanos de Madrid decidieron torturarlo y acabar con su vida. Su cuerpo apareció días después tirado en una cuneta, igual que está tirado en el cuadro. Al menos pudieron enterrarlo… el cuerpo de su colega Lorca nunca apareció.
Nunca dejará de asquearnos esa insólita Guerra Civil Española, ese laboratorio de atrocidades en el que toda suerte de psicópatas experimentaron con el terror y la pesadilla que sería el resto del siglo XX en Europa. Y no seamos ingenuos… ahí siguen los psicópatas, a un pasito de repetir sus barbaridades. No les dejemos.
El siempre elegante Alfonso Ponce de León nos mira en este autorretrato que resultó ser un cuadro premonitorio. Es como si el pintor se oliera de alguna manera su muerte y decidiera plasmarla en un lienzo. Y nos mira con cierta sonrisa burlona.