Bebé en la cuna

Un recién nacido descansa sobre una pila de coloridos edredones. El bebé parece estar cómodo y protegido en esa montaña multicolor. Es el protagonista del cuadro, el vértice del triángulo. Sin embargo Klimt titula a esta obra Cuna, o más bien quedó así bautizada, ya que —aunque está bastante avanzada— la pintura quedó inacabada: el artista moriría mientras la estaba haciendo.

Como vemos en la composición, Klimt opta por la pirámide para extender todo ese color hacia nosotros. Formas y colores se mezclan en una caótica maraña textil, una amalgama ornamental hasta el mareo. El artista parece dejar atrás un modernismo ya obsoleto para abrazar las vanguardias: por un lado el Fauvismo con su uso de los colores sin filtro ni dosificación; por otro el Expresionismo que ya casi todo el mundo había adoptado en Viena (para empezar, Schiele o Kokoschka, sus discípulos).

Nace en breve un nuevo año que promete ser colorido hasta el delirio, toda una vuelta al sol bisiesta que va a ser maravillosamente incierta. Algo me dice que 2024 va a ser uno de los mejores años de nuestras vidas. Desde luego los augurios son prometedores. A nivel personal, en HA! vamos a vivir experiencias extraordinarias y contamos con vuestro apoyo para compartir los buenos momentos con nosotros, un año más (y vamos a cumplir ya 9!!!).