Caronte atravesando las sombras de la laguna Estigia
Subleyras —como tantos otros— pone como excusa la mitología para enseñar un culo.
Pierre Subleyras, ese artista dedicado a retratar a cortesanas recibiendo azotes, u otro tipo de cuadros subiditos de tono (típico del descontrol rococó) era después de todo un artista. Por ello, oliéndose el neoclasicismo que estaba llegando, se puso a pintar también “cuadros serios”, mitológicos, como este Caronte transportando las almas de los muertos al Hades.
Eso sí, lo pone de culo (un culo enrojecido, como Subleyras nos tiene acostumbrados) que acapara todas la miradas, es el centro visual mismo del cuadro. A mediados del siglo XVIII el arte tenía que tener un poquito de carga erótica.
Pero dejando de lado superficialidades, este Caronte es un estudio de un desnudo clásico realmente bueno (con contrapposto griego incluido), un cuerpo masculino de proporciones ideales e incluso un escorzo el la pierna, que al ponerle un remo sirve de excusa para convertirse en “obra mayor”, una obra mitológica.
Subleyras rodea a Caronte de esas almas envueltas en sábanas blancas a modo de sudarios y al fondo vemos como arde el infierno. Incluso hay dragones volando por ahí.