Cocker Spaniel
El perro de Warhol.
Materialista y sincero, Warhol habla de su mascota en “Mi Filosofía de A a B y de B a A”. Cito textualmente:
Sólo en dos casos hago una excepción en lo que respecta a mi filosofía de uso de los desechos: 1) mi perro; 2) la comida. Sé que tendría que haber ido a la perrera a buscar un perro, pero lo compré. Me enamoré a primera vista y lo compré: en este caso las emociones me han hecho abandonar mi estilo habitual.
Tanto las dimensiones de la obra como las áreas que delimitan el color, confieren al retrato una gran rotundidad. El animal, enmarcado dentro de una forma piramidal semitransparente, se muestra monumental y a su vez afable, dualidad irónica muy característica en la producción del artista.
Su Cocker Spaniel cobraría gran popularidad, de ahí que realizase múltiple encargos de retratos caninos para aparecer en las paredes de las galerías acompañando a los de sus dueños. Recordemos que hasta esta fecha, tan sólo usaría el motivo animal en Dog Paintings de 1948, y en el libro dedicado a sus 25 gatos, que editaría en colaboración con Charles Lisamby en 1954, por lo que el retrato de su perro puede ser considerado como el primer retrato animal oficial de su producción artística.