Doble Elvis
No uno, sino dos.
La alta cultura es lo mismo que la baja cultura o la cultura de masas. Al menos eso es lo que promovían los artistas Pop con su discurso. ¿O acaso no es Elvis Presley un nuevo Apolo, un nuevo dios, joven, sexy, guapo, actualizado incluso para el disfrute de una sociedad de consumo? ¿No es acaso una pandilla de celebridades —muchas de ellas con poco o nulo mérito artístico— un nuevo Olimpo en nuestra sociedad en decadencia…?
Desde luego, en la actualidad influencers, youtubers, concursantes de reallity shows o cutres tertulianos de televisión, todos ellos legítimos dueños de sus respectivos 15 minutos de fama, pueden decir más de nuestra sociedad que Prometeo o Galatea, representantes clásicos de la Alta Cultura occidental.
En una obra como esta, Andy Warhol ya no muestra a un Elvis, sino a dos, duplicados con una especie de efecto estroboscópico aludiendo a una sociedad borracha de imágenes y símbolos. Dos Elvis serializados para venderlos en plural, incluso en un único lienzo. Warhol también realizó Elvis, Triple Elvis e incluso Ocho Elvis, todas imágenes como esta, del cantante/actor/icono de masas disfrazado de cowboy en su película Flaming Star (1960), en la que por cierto, el otrora terremoto cultural de la juventud entraba ya en franca decadencia, un hecho cultural que le encantaba a un artista como Warhol.