
Construción espacial nº 12
El optimismo de la utopía.
El arte del futuro no serán decoraciones acogedoras para apartamentos,
dijo una vez Rodchenko. Quizás se equivocó—quizás no— el futuro siempre estará ahi, pero esos eran tiempos de absoluta locura creativa. El constructivismo era un laboratorio artístico y Rodchenko y sus colegas pensaban que la experimentación no se iba a acabar nunca y que se iba a llegar a límites que rozarían lo inconcebible. Era el optimismo de la utopía.
Es por ello que se crearon artefactos fascinantes como esta Construcción Espacial No. 12, donde Rodchenko practicó con precisión de cirujano una serie de cortes concéntricos a un plano que se podría abrir como un volumen geométrico tridimensional. Magia, que es como se llama la ciencia o el arte cuando no tienen todavía explicación.
Rodchenko usa para este óvalo madera contrachapada y la pinta con pintura de aluminio. Quizás tenía en mente que el artefacto fuera algo metálico e hizo este prototipo en madera para ver si funcionaba la cosa.
¡Ya lo creo que funciona! Es esculturalmente perfecta, y a la vez anti-escultura desde un punto de vista tradicional. No necesita base ni apoyo y además no se tiene en cuenta la masa (algo fundamental en escultura): se puede colgar y queda suspendida en el aire, moviéndose ligeramente con cualquier pequeña corriente de aire. Parece una galaxia, una estructura cósmica. Algo futurista.
Rodchenko siguió experimentado con esto, y llegó a construir esto mismo pero con cuadrados, pero al parecer, ya no funcionó. Al parecer, el óvalo tiene algo de utópico.