Las tentaciones de San Antonio
La obra de Craesbeeck destaca por su increíble modernidad.
Uno de los temas más fascinantes de la historia del arte es el de Las tentaciones de San Antonio, que ya vimos en esta web de la mano de Miguel Ángel Buonarroti.
Con esta iconografía, numerosos artistas (desde Bruegel a Dalí) pudieron dejar volar su imaginación hasta límites insospechados.
San Antonio Abad fue un monje que vivió entre los siglos III y IV, un ermitaño que quiso apartarse del mundo y se fue a vivir al desierto. Ahí fue tentado por el Demonio en varias ocasiones, pero resistió a todas ellas gracias al poder de su fe.
El flamenco Joos Van Craesbeeck representa una de estas escenas con evidente aire bosquiano (el propio Bosco realizaría un par de obras sobre estas tentaciones) y vemos en la obra todo tipo de seres que pululan por un paisaje onírico.
Destaca sobre todo una enorme cabeza (posible autorretrato…?) de la que salen y entran las criaturas, tanto por su boca abierta como por la frente, que es cortada por los seres.
San Antonio resiste como puede semejante visión y lo vemos en la esquina derecha, intentando no hacerle mucho caso a una señora que trata de enseñarle sus pechos.
La pintura es del año 1650, por lo que no podemos más que preguntarnos si realmente existe una máquina del tiempo o si el autor experimentaba con alucinógenos (famosos son sus cuadros de fumadores…). Lo seguro es que el surrealismo ya estaba inventado antes de Breton y cía.