Cristo cargando la cruz
Humano, demasiado humano.
Muy similar a Cristo abrazando la cruz es este Cristo con la cruz a cuestas de un Greco recién llegado a Toledo.
Los protagonistas de esta pintura son, como no, los ojos. No sabemos bien cómo, El Greco insufla vida a unos pocos gramos de pigmento y consigue el milagro de engendrar algo similar a un alma.
Doménikos Theotokópoulos, conocido en España como, «El Greco», combinó el estilo bizantino de su tierra, un poco de Renacimiento y bastante Manierismo para crear un arte nuevo, inédito y único. Además hacía que sus figuras tuvieran formas alargadas de forma antinatural y exageraba la intensidad expresiva de los fondos, aumentando así el misticismo de su arte.
Un arte que busca lo emocional, como se llevaba en ese extraño periodo que fue el Manierismo, y por eso hace un uso bastante inusual del color y de la luz, otra vez antinaturales pero muy eficaces para transmitir mensajes espirituales como el de la imagen.
Cristo cargando la cruz es pura emoción y expresividad. Esos ojos vidriosos expresan todo tipo de intensas emociones, ya sean de naturaleza religiosa o no, porque lo que lo que en realidad parece estar explorando el artista es la humanidad y no la divinidad de Cristo, con esas lágrimas a punto de caer y esa sangre brotando de esa frente.