Dánae recibiendo la lluvia de oro
Oro parece, Zeus es.
Cuando Zeus, el poderoso rey de los dioses, se encaprichaba de una bella joven, no había manera de pararle los pies. Con Dánae no fue fácil: la princesa vivía encerrada en una torre por deseo de su padre, el rey de Argos, al enterarse mediante el oráculo de una terrible profecía… Su hija le daría un nieto que estaba destinado a matarlo.
Temeroso por su propia vida, al rey no se le ocurrió otra cosa que retener a Dánae en una prisión siempre custodiada, donde no podría entrar ningún hombre.
Pero, Ay, no pensó en Zeus y su magia. El dios se transformó en una fina lluvia dorada y cayó sobre Dánae, dejándola embarazada. De esta unión nació el futuro héroe Perseo.
Tiziano escoge el momento en el que se produce este fenómeno: Dánae, tumbada sobre su lecho y completamente desnuda, observa la lluvia que cae sobre ella con actitud serena, y un cachorro enroscado dormita a su lado.
El otro personaje humano en la escena es una vieja criada, probablemente la única compañía diaria de la princesa. Esta no hace ningún caso a su señora, contempla también la irreal lluvia dorada que ha aparecido de pronto, y extiende su delantal, tratando de atrapar algunas valiosas pepitas de oro.
Llaman la atención las nubes encima de la lluvia, de fuerte color gris, rayos incluidos. Es evidente que son nubes de tormenta, una posible forma de incriminar a Zeus directamente, ya que al fin y al cabo es el dios de los rayos, capaz de provocar extremos fenómenos meteorológicos.
Que dichas nubes parezcan estar tan cerca de las dos mujeres nos confunde: ¿Estamos en un interior y lo que vemos es a través de la ventana? ¿O un exterior? ¿Acaso también ha entrado la tormenta en la estancia? No queda del todo claro.
Por último, esta obra, de la cual Tiziano hará hasta tres versiones, (curiosamente esta es la tercera, de mayor calidad respecto a las anteriores), es un claro ejemplo del modelo que seguía la Escuela Veneciana, y de la que era Tiziano su mayor exponente. Las características de dicha escuela se basan en el predominio del color sobre el dibujo. Con ese tratamiento cromático, concede una gran luminosidad y atmósfera a la pintura.