David enseña la cabeza de Goliath.
El ilustrador más grande jamas creado.
El pequeño pastor David se carga al enorme filisteo que tenía aterrorizado al pueblo de Israel. Goliath medía nada menos que seis codos y un palmo (2,90 m.) y sus bravuconerías eran constantes, pero cuando al fin alguien le hizo frente, de una simple pedrada fue vencido por un pastorcillo.
La moraleja es que los tíos mierdas como Goliath siempre son vencidos por pequeños Davides, gente de poco músculo pero buen corazón. Como bien sabemos por numerosos casos en el cine, el quarterback abusón no es el que al final se lleva a la jefa de animadoras, sino que es el geek quien lo consigue.
Pero centrémonos en Doré, el divino, uno de los mejores ilustradores de todos los tiempos. Este gran hombre llegó a representar cientos de escenas bíblicas de una calidad y fuerza sorprendentes que destacan por su carga dramática y su gran dominio del espacio y de la luz. En este grabado por ejemplo, podemos ver como casi parece desprender luz propia en algunos fragmentos.
En su David, Doré no escatima en crudeza y violencia. El pastor sostiene a la cabeza del gigante decapitado por encima de la suya, lo que provoca un pánico en el ejército filisteo y enfatiza lo mucho más pequeño que es su oponente muerto.