La familia
Un retrato de un futuro que nunca llegó.
La última pintura de Egon Schiele. Poco después, el 31 de octubre de 1918, el artista moriría de gripe española. Su mujer Edith Schiele había sucumbido al virus tres días antes. Estaba embarazada de seis meses.
Por lo tanto, este es un retrato de un futuro que nunca llegó. De hecho, Schiele no utilizó a su esposa como modelo sino a su antigua amante Wally Neuzil (que ya vimos en otros retratos del artista) y mientras realizaba el cuadro, no tenía ni idea de que iba a ser padre… iba a ser simplemente un retrato llamado Pareja de cuclillas (Kauerndes Menschenpaar). Cuando lo supo, sustituyó un ramo de flores entre las piernas de la mujer por ese bebé envuelto en una manta (su sobrino Toni ejerció de modelo) y creó así un retrato de su futuro hijo.
Schiele opta por una composición piramidal para representar a esta especie de Sagrada Familia Artística en la que el autor nos mira directamente. En ese momento era el pintor más importante de Viena (Klimt había doblado la servilleta unos meses antes, también a causa de la maldita gripe), pero por desgracia no permanecería en el podium mucho más tiempo.
Lo cierto es que el artista no tiene buen color.