Dios salve a la reina
Los ingleses y el punk.
El 28 de octubre de 1977 se publica en el Reino Unido el mítico Never Mind the Bollocks (algo así como Qué cojones importa) de los Sex Pistols. El grupo ya tenía un éxito considerable por el lanzamiento el año anterior de Anarchy in the UK, pero al salir este álbum, estalló la bomba atómica.
Aunque los Pistols no inventaron nada nuevo en el rock and roll (en los años 50 era igual o más salvaje, primitivo y radical), pasaron la música por la coctelera de la posmodernidad, el punk que ya había nacido en Nueva York y el descontento de la juventud británica y crearon un monstruo que a la larga los acabaría devorando. Exactamente igual que el dadaísmo, breve movimiento autodestructivo que ya había hecho más o menos lo mismo décadas antes.
Como el dadá, el Punk duró poco, pero dejó pruebas de su paso por el mundo, entre ese excelente disco.
Para acompañar visualmente a la música, los Pistols optaron por Jamie Reid, un gamberro situacionista que editaba fanzines, panfletos y carteles anarquistas. Reid aceptó de buena gana el el ofrecimiento para diseñar los discos y carteles de Sex Pistols, con la única condición de tener el control artístico absoluto.
Entre sus creaciones, la más polémica fue esta distorsión dadaísta de la foto de la Reina de Inglaterra. Recordemos que Duchamp ya le había puesto bigotes a otra vaca sagrada del arte, la Gioconda, y con esto en mente (y los carteles situacionistas del mayo francés), Reid trasladó toda esa amargura, ira, confusión, alienación, frustración, crisis económica y falta de futuro y esperanza de los jóvenes británicos en una sola imagen.
Una mezcla posmoderna (y por lo tanto, pesimista) de ideología anarquista, la estética dadá y la filosofía del hazlo tú mismo propia del Punk, en la que retrata el absurdo de una monarquía, con ese alfiler atravesándole la boca a la reina y el mensaje «Dios salve a la Reina, ella no es un ser humano. Sex Pistols». Un collage tan absurdo, divertido y efectivo como el de los dadaístas.
Otra de las señas de identidad de Reid que comparte con los dadaístas y situacionistas fue su reconocible tipografía, basado en recortar titulares de periódicos con un estilo ransome note (unión aleatoria de letras distintas).