El caballero molesto
Este irritante personaje está haciendo llorar a la pobre chica.
Creo que a todas nos ha pasado: un señor molesto que viene a decirnos cosas inapropiadas en momentos inapropiados. Una situación incómoda para todo el mundo menos para el «caballero» de turno, al que parece muy divertido invadir la intimidad de la joven echándole su asqueroso humo del cigarro. Y todavía hay quien defiende a estos personajes con excusas como «ya ni se puede decirle guapa a una chica por la calle, que nos denuncian». Ojalá…
La chica del cuadro aguanta el tipo como buenamente puede, ignorando los avances de este dandy baboso. Además por su vestimenta oscura podemos interpretar que la joven está de luto. Una lágrima recorre su mejilla quizás por su pérdida, o a lo mejor por comprobar que hay en el mundo especímenes como este tipo, dispuestos a todo al ver una oportunidad.
Todas estas especulaciones por nuestra parte, espectadores, son típicas de las pinturas de este autor, muy de moda en el siglo XIX y denominadas «imágenes problemáticas». Son escenas de una enorme carga narrativa y el pintor Berthold Woltze se especializó en este subgénero que llega a ilustrar ya no una situación concreta sino un problema social de carácter atemporal, como en el caso de este Caballero molesto.