El equipo de Cardiff
Los tiempos cambiaron: Un partido de rugby como obra de arte.
Una fotografía de periódico de un partido de rugby de Cardiff-París sirve a Delaunay de excusa para pintar un cuadro que rezumara modernidad.
En primer lugar era moderna la temática (un deporte moderno, alejado del atletismo olímpico) que además mostraba un gran dinamismo al representar a los jugadores saltando por la pelota.
Delaunay también incluye motivos de rabiosa actualidad (la Torre Eiffel aparece en muchas de las pinturas del artista, pues la consideraba como el símbolo arquetípico de la modernidad, la famosa noria de París…) e incluso carteles publicitarios como el cartel de “Astra”, que anuncia una empresa de construcción de aeronaves, adelantándose en cierto sentido al Pop-Art.
Hasta podemos ver el nombre del propio artista como una marca publicitaria.
El equipo de Cardiff es en definitiva un retrato del ocio moderno, con un simbolismo visual evidente: era un momento de mirar hacia adelante, de alcanzar el cielo de un salto… es el futuro.
El primer futurismo y el primer cubismo se relacionaron e influenciaron mutuamente. Delaunay tuvo un pie en ambas corrientes en la época, creando un arte simultáneo: diferentes acciones en diferentes momentos con diferentes elementos fusionados al mismo tiempo; y además remitiendo en el montaje de las imágenes al collage cubista.
Pero la obra no tiene la energía fracturada y el extremo dinamismo de las obras futuristas, y es demasiado colorista para encajar en el cubismo. Esta especie de nuevo cubo-futurismo necesitaba un nuevo nombre, así que el poeta Apollinaire, colega de juergas de Delaunay lo bautizó como Orfismo, por Orfeo, el personaje mitológico que encantó a los Dioses con una música que conectaba con el alma.