Un amigo en necesidad
Perros jugando al poker, tan conocidos que casi parece algo normal.
Perros fumando, bebiendo bourbon, jugando a las cartas…
No sabemos muy bien cómo llegó Coolidge a hacer su serie de cuadros protagonizados por perros, pero con el tiempo se convirtieron en pequeños objetos de culto, y hoy verdaderos iconos que cuyas reproducciones cuelgan en los hogares medios americanos, como una flamenca sobre la TV en España.
Kitsch o no, su obra llegó a venderse por 600.000$ en los ridículos mercados del arte actual, aunque por supuesto, la élite de la crítica no acaba de valorar la grandeza de este hombre, que incluso fue inventor de los Comic Foregrounds, esos paneles pintados de tamaño real con un recorte en el cual meter la cabeza y sacarte una foto.
Desde luego Coolidge tenía mucho de surrealista.
Aquí vemos a un bulldog ayudando a su amigo en una partida de poker, pasándole un as bajo la mesa, aunque parece que el perro ya está servido de ases. Toda una apología de las trampas por el bien de la amistad.
En 2002, la hija de Coolidge, de 92 años de edad admitió públicamente que ella y su madre eran más amantes de los gatos, pero reconocían que “Es difícil de imaginar a un gato jugando al poker… No funciona”.