El gran masturbador
El arte del cinco contra uno daliniano.
Dalí pinta este lienzo al acabar el verano de 1929. Había estado unos días con Gala, habían dado románticos paseos por la playa hablando de traumas infantiles, surrealismo y coprofilia y surgió inevitablemente el amor adúltero, cambiándoles radicalmente la vida a ambos.
Salvador siempre había sido un pajero, un enorme masturbador compulsivo (el cuadro es, efectivamente, un autorretrato), y continuó siéndolo, pero ahora con una musa. Tengamos en cuenta que Dalí tenía pánico a las relaciones sexuales, un miedo que se remonta a la infancia por haber leído un libro erótico demasiado explícito, su complejo de picha-corta (así le llamaban sus compañeros de escuela) y sobre todo su miedo atroz a las enfermedades venéreas: Mi padre dejó un libro de medicina en el que había fotografías en las que se podían apreciar las consecuencias terribles de las venéreas. Me quedé aterrorizado.
Sumémosle una latente homosexualidad que pudo desarrollar en su época de estudiante con Lorca: Federico, como todo el mundo sabe, estaba muy enamorado de mí, y probó a darme por el culo dos veces, pero como yo no soy maricón y me hacía un daño terrible, pues lo cancelé en seguida y se quedó en una cosa puramente platónica y en admiración.
La única opción sexual posible era la masturbación. Y compulsiva, llegando a practicarla varias veces al día. Va surgiendo entonces una compleja red de traumas, miedos y deseos que Dalí pudo codificar de alguna manera en obras como esta.
El pintor muestra aquí un catálogo de sus principales obsesiones sexuales, elementos que formarían su universo pictórico como el saltamontes, bicho que lo aterrorizó desde su infancia y que intenta meterse en su boca; las hormigas que el artista asocia siempre a la muerte; el león como símbolo de poderío sexual; o esa figura femenina (probablemente Gala, su nueva musa) que le va a practica una felación a esos genitales ceñidos en unos calzoncillos.
Elementos que van de lo fláccido a lo duro, símbolos que remiten a la sexualidad, a la infancia, a los sueños… a lo más profundo del subconsciente.