El sol
Ahí viene el sol.
Edvard Munch fue el encargado de decorar las paredes del Aula Magna de la Universidad de Oslo. Se trata del Munch más público, y también el más luminoso y optimista. Después de haber estado ingresado en un hospital por agotamiento físico y mental, el artista debió reflexionar un poco sobre la vida, que si es cierto que tiene sus sombras, también cuenta con su luz.
Con su espectacular Solen, Munch se pasa a los grandes formatos por primera vez. Decide mostrar en el lugar más privilegiado del aula un espectacular amanecer sobre un fiordo noruego, con una pintura muy estilizada, llegando a representar incluso los rayos de luz que se expanden en todas las direcciones proyectando todo tipo de colores, matices y texturas.
La esfera solar se llega a fundir con el mar y se consigue un efecto caleidoscópico, con esa luz jugando con el paisaje.
La contratación para la decoración de esta aula fue polémica. Evidentemente Munch no era del gusto de todo el mundo, y los responsables de la Universidad casi le tumban el proyecto, pero al final, aquí están estas pinturas en las que se representan las distintas disciplinas del saber, con lugar especial de este sol que lo invade todo.