Epifanía
Grandes innovaciones del arte.
Para HA! Giotto es el padre de la pintura moderna.
Como es obligación de todo artista, exploró nuevos caminos nunca transitados hasta entonces: nace la perspectiva, el volumen, el naturalismo, los retratos, las emociones en las figuras… Quizás todavía en su forma más primitiva, pero gracias a estos avances se produjo ese terremoto artístico que fue el Renacimiento.
Dos años se pasó pintando los asombrosos frescos de la capilla de los Scrovegni, con ese hipnótico azul de fondo, entre los cuales está esta Epifanía, y quedan todos ellos como herencia y prueba de que el ser humano también dejó cosas buenas por su paso por este planeta.
Giotto llena la escena de gente (y de camellos, aunque tal como los pinta, con toda seguridad parece que no vio un camello en su vida) y así consigue otro de los mayores avances del arte: la profundidad espacial. Hasta se permite introducir un amago de paisaje (una montaña, que ya era bastante para la época).
Los tres Magos de Oriente le ofrecen al Niño sus tres regalos simbólicos (oro como rey, incienso como Dios, mirra como hombre) y uno de ellos se quita la corona y besa los pies del chaval. Observaréis que no está Baltasar, pero el evangelio no habla nunca de razas y en 1305 la Iglesia todavía no había universalizado a los Reyes ni había concretado su número en 3.
Sobre ellos vuela la estrella de Belén, inspirada en el famoso cometa Halley que Giotto contempló en el 1301. Cuando la Agencia Espacial Europea envió una sonda al cometa Halley la bautizó como «Giotto», seguramente pensando en esta pintura.