Et in Arcadia ego
Hasta ahí llega la muerte.
Los pastores de Arcadia, obra conocida popularmente como Et in Arcadia ego, es un ejemplo de pintura mitológica barroca francesa, lumínica y bucólica, nada que ver con las oscuras, violentas e hiperrealistas pinturas españolas de esa época.
Nicolas Poussin pinta a unos felices y lozanos pastores de la Antigüedad clásica (fijáos en sus clásicos atributos: bastones y coronas floreadas), que se sitúan ante lo que parece una tumba, leyendo una inscripción sobre la misma. Parece pues, gente culta que sabe leer, sin duda consecuencia de la literatura pastoril que se puso tan de moda en el Renacimiento.
«Et in Arcadia ego» se podría traducir como «hasta yo, la Muerte, estoy también en la Arcadia». La Arcadia es ese lugar feliz donde reina la paz y donde los pastorcillos y pastorcillas, y las ninfas y los sátiros, y los animalillos del bosque retozan sin necesidad de lujos ni bienes materiales. La naturaleza provee todo. Todo un paraíso hippie para estos melenudos de la imagen.
Por eso Poussin quiere hacer el contraste entre ese lugar feliz, y de repente aparece la muerte, que llega cómo y cuando llega: cuando le da la gana. Hasta en la Arcadia. Esta pintura es por tanto, un memento mori, con una composición digna de clasicismo francés.