La ciencia médica
Universal, gratuita y de calidad.
Una joven al borde de la muerte (obsérvese la calavera) recibe el abrazo sanador de Hygeia, diosa de la medicina (de ahí, la palabra «higiene»). La diosa lleva una copa con una mágica poción sanadora y una serpiente que se enrolla en ella. Ese, de hecho, se convertiría en el símbolo de la medicina.
La joven ha conseguido salvar su vida gracias a la ciencia. No importa su edad, su origen ni su dinero. Hygeia hace su labor de manera universal, gratuita y de máxima calidad. Y pública. Los canallas que hacen dinero con ella, que la alquilan y prostituyen en sus clínicas/lupanares deberían ser extraídos quirúrgicamente de nuestra sociedad como el cáncer que son.
La sanidad, derecho fundamental de todo ciudadano, está en constante amenaza, porque hay quien la ve como un negocio. Hay países que se hacen llamar civilizados que dejan morir a sus ciudadanos a las puertas del hospital si no pueden pagar su propia salud… e incluso hay ciudadanos que incomprensiblemente apoyan este comportamiento.
El modernista croata Robert Auer, quizás inspirándose en la Medicina de Klimt, nos ofrece otra de sus pinturas cargadas de sensualidad, iluminadas de forma cálida y difusa, para presentarnos a esta señora que quizás nos salve la vida algún día, tengamos o no dinero en nuestra cartera.