La creación de las aves
Alegoría mágica y onírica de la pintura.
Remedios Varo, española de origen, pero exiliada a México durante la Segunda Guerra Mundial, tiene la habilidad de transportarnos con sus pinturas a un mundo onírico y mágico.
En La creación de las aves combina altas dosis de surrealismo, simbolismo y fantasía de una manera peculiar: un extraño ser, a medio camino entre lechuza y humano, hace uso de la ciencia y la magia para crear diferentes aves. Los pigmentos que aplica con su pincel, que esta conectado a un violín que cuelga de su cuello, surgen a partir de una serie de conductos y recipientes de cristal mediante los cuales la luz que penetra por la ventana es destilada y transformada en los colores primarios. Por otra ventana penetra un haz de luz lunar que se descompone por el paso a través de un prisma a modo de lupa. De esta manera, da vida a sus creaciones, las cuales emanan del papel para salir volando por las ventanas de la habitación, volviendo a su origen.
El cuadro se puede interpretar como una clara alegoría de la propia pintura, mediante la cual el artista dota de vida a las figuras que representa, vida que trasciende más allá de su soporte. También es posible verlo como un simbolismo de la actividad del escritor: a partir de un pincel (o pluma) que surge de su pecho, de su interior, el escritor transforma y da vida a elementos que toma del exterior, de la naturaleza, para hacerlos suyos. Algunas aves vuelan en busca de un lector; otras permanecen junto al escritor esperando algún retoque que les permita seguir el camino tomado por sus compañeros. Y además, la creación ha de hacerse en total soledad, propia de aves nocturnas, en un entorno austero y sin distracciones, pues es una actividad que requiere una gran concentración.
Varo representa de manera similar la actividad creadora en otras de sus obras, como es el caso de Armonía, siempre en clave simbólica, mágica y fantástica.