La dama de azul
El paisaje interior.
Camille Corot, no era solamente el paisajista más famoso de Francia (uno de los tipos de la escuela de Barbizon). A veces también pintaba interiores, y hacía cuadros tan exquisitos como el que vemos en la imagen.
Y como vemos, su realismo abre las puertas de par en par al impresionismo. No en vano la influencia de Corot fue decisiva en los primeros pasos de Monet, Renoir, Pissarro y compañía.
Corot pinta a esta señora con su típica técnica abocetada. Una pincelada por aquí, otra por allá, y como en uno de sus espléndidos paisajes, da vida a esta dama con vestido azul que posa con la mano en el mentón, con aire pensativo. Una misteriosa mujer que acaba de visitar al artista y accede a posar para él.
Más abocetado todavía está el fondo, pero no por ello quiere decir que Corot lo descuidara. Todo indica que era su taller, con caballetes y cuadros colgados. Simplemente lo «desenfoca» para que nos centremos en la figura de ella, y en concreto en su vestido, que se lleva todas las miradas.
Corot tenía 78 años cuando pintó el cuadro, lo que demuestra que los grandes artistas que destacaron por su innovación, en vez de aburguesarse y hacerse unos conservadores, se van haciendo cada vez más modernos cuanto más ancianos son.