La libertad de expresión
La imagen del ideal democrático norteamericano.
Otra ilustración del Saturday Evening Post. En este caso, acompaña el primer artículo de la serie de cuatro ensayos Cuatro libertades, inspirados en un discurso del presidente Franklin D. Roosevelt del 1941.
Cada texto lo escribió un autor distinto: este inventaba una fábula donde los jóvenes Hitler y Mussolini se conocen en los Alpes, en el 1912, y conversan sobre sus planes para acabar con la libertad de expresión en sus respectivos países. Una imagen claramente perturbadora.
Pero Rockwell tenía libertad para interpretar el tema de los ensayos en sus ilustraciones. Así que, lejos de regalarnos una ficción distópica con aire de alta montaña, tiró por su estilo y creó una estampa del ideal democrático norteamericano.
En la imagen vemos un trabajador de cuello azul —es decir, un obrero que hace trabajo manual— que se levanta entre el público de la «reunión para discutir el informe anual del pueblo», como intuimos gracias a los documentos que aparecen en la escena. Está moreno por trabajar bajo el sol —¿O, quizás, hay una referencia étnica? -, lleva una camisa sencilla y una chaqueta gastada y contrasta con los otros asistentes, más formales. Son de otra clase social, pero parecen escucharle con atención e interés, sonriendo de forma paternalista aprobadora.
Un trabajador honesto dice la suya, a pesar de la vergüenza que podamos entrever en su actitud. Recortado contra el fondo oscuro, la perspectiva forzada y la composición piramidal remarcan que es el protagonista absoluto.
Esta discusión pública sobre las políticas locales simboliza la base de la democracia estadounidense. Rockwell, con su forma optimista de ver el mundo, retrata el sistema ideal, donde todos son iguales y donde se defiende la democracia a base de participar en ella. Casi es una obra de género alegórico si pensamos en cómo personifica aquí la libertad de expresión.
La imagen está grabada en el universo mental norteamericano y ha perdurado con salud en el tiempo: hasta se acabó convirtiendo en un meme para dar pie a opiniones polémicas. Es, de nuevo, Rockwell creando ilustraciones que alimentan el universo mental sobre Estados Unidos, que traspasan sobradamente sus fronteras.