Antes y después
El candidato Casey se queda de piedra al conocer los resultados de las elecciones.
Norman Rockwell, nunca valorado por el mundo del arte oficial, con sus críticos, comisarios y políticos. Nunca considerado un verdadero artista, sólo un ilustrador optimista del agrado de las masas… demasiado obvio.
Evidentemente, Rockwell es un gran artista, un poeta estadounidense. Y si su arte es captado por la gente corriente, y no sólo para una arrogante élite cultural, otro punto para él.
Su ingente obra (criticada por ingenua y optimista) no está reñida con la crítica social, como la de este cuadro, que muestra el antes y el después de unas elecciones.
El candidato Casey, tan feliz en su propaganda, acaba de enterarse de su derrota. Chapas y carteles tirados, y la gente abandonándolo muestran el paisaje después de la guerra.
El enorme esfuerzo que supuso la campaña no ha servido para nada, como le sucede a tantos candidatos con millonarias campañas que parecen elaboradas por sus peores enemigos, con sus sonrisas falsas, sus eslóganes oligofrénicos y diseños que insultan al criterio estético de cualquier ciudadano de bien.
Hay quien ve en esta obra un autorretrato del pintor realista, mostrando el esfuerzo que supone pintarse a sí mismo.