Santa leyendo el correo
Feliz publicidad.
En el siglo XIX, la imagen de Santa Claus, Papa Noel, o como le queráis llamar, no se retrataba como el hombre gordo, alegre y barbudo que conocemos hoy en día. Este icono pop tuvo una enorme evolución, desde una delgadez élfica a un físico de indigente borracho, pasando por todo tipo de colores en su atuendo, desde el verde al negro, hasta llegar al actual rojo navideño que conocemos hoy.
En un momento dado, el capitalismo se dio cuenta de que había descubierto un filón. En muchos casos, el anciano de mofletes sonrojados ejercía de perfecto vendedor de todo tipo de productos como jabón, chocolate, café, e incluso cigarrillos. ¿Quién mejor que este tipo para vender cosas?
Y en 1931, Coca-Cola (cómo no) reclutaría al ilustrador Haddon Sundblom para representar al Santa que todos tenemos en mente, que es el que ha quedado incrustado en nuestro cerebro. Irónicamente, cuantas más coca-colas bebamos, más nos pareceremos a Santa: gordos, consumistas y super-felices con el subidón de azúcar, hasta que la diabetes, la presión arterial o un accidente cerebrovascular acabe con nuestra vida.
Otro de los artistas que más hizo por incrustar esta figura en el imaginario colectivo fue, por supuesto, Norman Rockwell. El ilustrador (y creador de toda una mitología norteamericana) representó a Santa en innumerables ocasiones a lo largo de su carrera, en todo tipo de actos, desde el más inocente como es fabricando juguetes o yendo a la guerra para acabar con unos cuantos nazis, hasta el más sórdido, como es espiando a inocentes niños mientras duermen con una sonrisa maquiavélica.
Aquí lo vemos, todo agobiado por atender al correo de millones de niños pidiendo sus mierdas, y de paso Rockwell introduce la típica publicidad de US Mail como sin darnos cuenta. Porque ya podemos sospechar que la Navidad la inventó Coca-Cola como el perfecto ardid publicitario para comprar y vender cosas que no necesitamos, y conseguir que así que el capitalismo siga funcionado con sus renqueantes mecanismos saturados de azúcar refinado.